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4/2011

Lo Mejor está por venir

Estamos cerrando un nuevo año productivo y, como siempre suele suceder, después de la tormenta viene la calma, y muchos apicultores han quedado satisfechos por los frutos de esta temporada. Esto hace que algunos colegas vuelvan tibiamente a pensar en agrandar sus corrales, o hacer alguna inversión… Pero el mapa productivo actual muestra una disminución tanto de colmenas como de productores, lo que impide pensar en un volumen de miel siquiera cercano a los logros de hace 5 años.

Las colmenas en general se encuentran en excelente estado, con muchos lotes con cámaras rebosantes de abejas, desparejas de reservas, pero nada que no se pueda corregir, los últimos monitoreos de varroa nos dejan con la tranquilidad de muy bajos porcentajes, después del primer tratamiento pos cosecha, olvidando la mala experiencia del año anterior.

Esto también nos motivará seguramente para prepararnos con tiempo para la exposición internacional de apicultura Apimondia que se desarrollará desde el 21 hasta el 25 de septiembre en el predio ferial de Palermo, donde presentaremos un stand de promoción de nuestra cabaña apícola Tapiquí Blanco para poder mostrar al mundo parte de la apicultura Argentina.

De no producirse imponderables, y sin olvidar las visitas de rutina durante el invierno, nos resta esperar hasta la primavera con buenas expectativas, por este motivo nos despedimos con un relato esperanzador hasta nuestro próximo contacto.

El día, deslucido… esperando el aguacero arrancamos hacia los últimos apiarios siguiendo el sabio consejo de un hachero de los montes norteños:-"si acá no salís al campo por el mal tiempo no vas a hacer nada". Dejamos para el final los más pequeños, dentro de la zona semiurbana mercedina: reducidas quintas que otrora enaltecían al partido por sus famosos duraznos, claudicaron dando lugar a las verduras de abnegados bolivianos, a los Haras de puros sin montura o a refugio de estresados, escapando de la jungla de cemento.

Circulamos entre calles barrosas y poseadas, estropeadas por un otoño llovedor. El abrigo de las arboledas dificultan su oreo. Cortinas espesas de siempreverde, dividen los planos asimétricos de los pequeños campos, el avance es lento, el tiempo de llegada se multiplica y el traslado de un colmenar a otro se presta para aplacar las inquietudes de los noveles apicultores que nos acompañan, aprovechando un feriado más. Sus diálogos y preguntas nos llaman la atención…

Escuchemos:

- ¡Papá! ¿Cuánto tarda una colmena en llenar un alza?

- El abuelo aseguraba que en años que no llegamos a conocer, en tres días podían completar un alza Standard.

- ¡¡Pero eso es un montón papa!! ¡En un mes de flores tenían un montón de miel!

- ¡Ahora no es así! ¿No? Replica su hermano queriendo sentirse partícipe.

- No.

- Y si no curamos la varroa, ¿que pasa?

- La varroa no solo es perjudicial porque debilita a la abeja adulta y a las crías si no que esta estudiado que es portadora y vía de entrada de otras enfermedades, principalmente virósicas.

- Yo escuche decir al abuelo que antes no tenían que curar tanto, ¿es cierto papa?

- Si hijo, desde hace unos años se han introducido principalmente dos enfermedades exóticas para Sudamérica, la loque americana y la varroa, que nos hizo tener que estar permanentemente controlando la sanidad de las colmenas.

- Y no hay tanta miel como antes ¿no? Insistía con la pregunta obligando a extender la respuesta.

- Así es hijo, cambiaron bastante los rindes, creo que en general podemos decir que perdimos dos tercios de la miel que se cosechaba antes, principalmente por la tecnificación agropecuaria.

De forma intermitente con las preguntas se oían cuchichear en el asiento trasero a los dos pequeños ilusionados con ser apicultores como su padre, y estos secretos revelados no eran los más alentadores para sus aspiraciones.

- Por lo que cuenta papá creo que vamos a tener que seguir estudiando, no sé, tal vez abogado, esos hacen mucha plata creo, porque no vamos a poder sacar mucha miel como el abuelo.

- ¿Y vos papá como hiciste para seguir con tantos problemas que nos contás?

- Si bien los rindes no son los de antes, ustedes bien saben que nunca nos quedamos solamente en la producción de miel, ustedes ya nos ayudaron con el polen, desde hace varios años practicaron con las trasferencias de larvas para las reinas y la jalea, paquetes y núcleos tendrán que verlo más adelante. Pero lo más importante, y lo observo sin que ustedes puedan percibir, es como exclaman con gestos de alborozo, al abrir una cámara de cría que rebosa de abejas, o cuando en la primavera ves los cuadros de cría de plancha completa o en el verano relinche rechoncha un alza de miel. Lo mismo que hace tu padre y tal vez hacía tu abuelo, esa emoción que no tiene mucha explicación será la que te motive a seguir, sin importar mucho el peso monetario final de la jornada. Más va a pesar esta emoción, y querrán estar lo mejor preparados posible para acompañar estas cuestiones con sabiduría, para atender, cuidar y porque no mimar a estos nobles insectos, y que las abejas les sigan regalando esas sensaciones alucinantes, únicas, conmovedoras. Les aseguro que en lo laboral se van a sentir satisfechos, solo tendrán que pensar en esforzarse por alcanzar otras emociones de la vida.

El peculiar chillido y el movimiento típico de reverencia por la inercia de la frenada interrumpieron la plática mantenida con atención.

- Uy, uy, casi nos pasamos….

Y mientras circulábamos ya por el interior del campo, en el asiento trasero prosiguió el parloteo.

- Creo que mejor nos dedicamos a estudiar hermano, seguro que papá conoce alguna carrera que te enseñe como atender bien a las abejas, lo demás según papi viene solo…

- Como siempre dice, lo mejor esta por venir…

Y al divisar el colmenar dentro del potrero, las emociones de lo inesperado afloraron en los niños, ansiosos por despegar los primeros techos, sin percibir concientemente todas las sensaciones….

Hasta la próxima.

Apícola Mercedes

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